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Qué es el slow parenting y cómo aplicarlo en tu día a día con tu bebé
Actualmente vivimos en una sociedad donde todo parece ir deprisa. El trabajo, la presencia de las redes sociales o las rutinas nos hacen llevar un ritmo que, en ocasiones, no nos permite disfrutar del presente de forma consciente. Y esto también se traslada a la crianza, ya que puede verse afectada por este estilo de vida acelerado. Frente a esto, el slow parenting o paternidad lenta nos invita a bajar el ritmo, observar y disfrutar del presente con nuestro bebé. En esta entrada te contamos todo sobre este estilo de crianza. ¡Sigue leyendo!

¿Qué es el slow parenting?
El slow parenting o “crianza lenta” es una filosofía que promueve una educación más calmada, consciente y respetuosa con los tiempos de la infancia. Se trata de que, como padres, dejemos más espacio para la curiosidad, el juego libre y la exploración, respetando el ritmo de cada peque.
A diferencia de los estilos de crianza más estructurados, este enfoque se centra en la calidad de los momentos compartidos. Es decir, no importa tanto cuántas actividades hagáis, sino cómo las vivís juntos.
Cómo aplicar el slow parenting en tu día a día
La clave del slow parenting no está en cambiarlo todo, sino en ir introduciendo pequeños gestos que nos vayan conectando más con nuestros hijos de forma consciente y presente. Te damos algunos consejos para vuestra rutina:
- Respeta su ritmo, ya que cada bebé tiene su propio tiempo, y hay que adaptarse a él. Desde sus primeros pasos hasta cuando aprenda las tablas de multiplicar, el slow parenting invita a la paciencia y adaptarse a su ritmo, porque cada niño es un mundo, y forzar los ritmos puede generar frustración, baja autoestima y problemas emocionales en un futuro.
- Crea un entorno tranquilo y natural para fomentar su autonomía y bienestar. Por ejemplo, una buena idea es una habitación con materiales sostenibles, tonos suaves y muebles evolutivos que se adapten a tu hijo o hija. Apostar por mobiliario y juguetes Pikler o Montessori como los de nuestra marca amiga Mamatoyz también es una muy buena opción.
- Fomenta el juego libre dejando que explore, toque, se equivoque y descubra. El juego sin instrucciones fortalece su creatividad y confianza. También es beneficioso dejar que tu peque se aburra. Y es que el aburrimiento fomenta la creatividad, la imaginación y el pensamiento independiente, ya que hace que tengan que resolver problemas y encontrar soluciones por sí mismo. Durante el tiempo de aburrimiento, también puede encontrar nuevas pasiones o intereses y conocerse mejor.
- Intenta vivir la rutina con más calma. Los momentos como vestirlo, cambiarlo o dormirlo pueden convertirse en espacios de conexión. Una sábana para cuna de tejidos suaves y un colchón cuna colecho cómodo ayudan a que el descanso sea más natural y placentero. Y más adelante, cuanto tu bebé crezca, no es necesario saturar la agenda de tus peques con actividades. El slow parenting invita a una rutina donde haya tiempo para relajarse y conectar con los pequeños momentos del día a día.
- Y por último…¡disfruta del presente! Parece una obviedad, pero a veces es misión imposible entre el ruido y las prisas. El slow parenting es, sobre todo, una invitación a disfrutar del aquí y el ahora. A escuchar sus risas, su respiración y su forma única de ver el mundo.

En definitiva, el slow parenting es un estilo de crianza que busca respetar los ritmos de la infancia, priorizando la presencia y la calidad sobre la velocidad. Y en Micuna creemos que criar con calma es una forma de amor hacia tu bebé y hacia ti.
Porque cada momento compartido, sin prisa y con ternura, se convierte en un recuerdo para toda la vida.
