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¿A qué edad puedes empezar a portear a tu bebé?
El porteo es una de las prácticas más antiguas y beneficiosas para el cuidado del bebé. A través de esta técnica, los padres primerizos pueden mantener a sus pequeños cerca, fomentando el apego y facilitando el día a día. Pero surge una pregunta común: ¿desde qué edad es seguro comenzar a portear?

El porteo desde el nacimiento
Los expertos en crianza y ergonomía infantil coinciden en que el porteo puede iniciarse desde el nacimiento, siempre que se respeten ciertas recomendaciones. Los recién nacidos tienen una musculatura débil y requieren un soporte adecuado para su columna y cabeza. Por ello, el uso de fulares elásticos o tejidos es una excelente opción en los primeros meses, ya que permiten una sujeción ajustada y respetuosa con la fisiología del bebé.
Según el Dr. William Sears, pediatra y experto en crianza con apego, “el porteo no solo ayuda a fortalecer el vínculo afectivo entre padres e hijos, sino que también contribuye al desarrollo neurológico del bebé al proporcionarle seguridad y estimulación adecuada a su entorno”.
El porteo es una práctica fundamental en la crianza con apego, la cual fortalece el vínculo afectivo entre padres e hijos. Si quieres saber más sobre cómo aplicar esta filosofía en la crianza, te invitamos a leer este artículo sobre qué es la crianza con apego y cómo llevarla a cabo.
Beneficios del porteo en cada etapa
De 0 a 3 meses: En esta etapa, el bebé necesita estar en una posición fetal, con sus rodillas más altas que el culito y su espalda en forma de «C». El contacto constante ayuda a regular su temperatura, su respiración y le brinda una sensación de calma y seguridad.
De 3 a 6 meses: A medida que el bebé gana fuerza en el cuello y el tronco, puede empezar a utilizar mochilas ergonómicas con un buen soporte lumbar. Es importante que el portabebés garantice una posición adecuada para evitar problemas en la cadera.
A partir de los 6 meses: Con el crecimiento y fortalecimiento de sus músculos, muchos bebés disfrutan de ser porteados en la espalda, permitiendo a los padres mayor libertad de movimiento sin perder la cercanía con su hijo.
Es importante tener en cuenta que los bebés deben ser acomodados correctamente para su descanso, especialmente en los primeros días. Si necesitas más información sobre cómo acostar a un recién nacido de manera segura, te sugerimos que revises este artículo sobre cómo acostar a un recién nacido
Consejos para un porteo seguro
Para garantizar la seguridad y comodidad del bebé y del porteador, es fundamental seguir algunas pautas:
- Usar un portabebés ergonómico: Debe respetar la postura natural del bebé y distribuir bien el peso para evitar molestias en la espalda del adulto.
- Revisar la postura constantemente: El bebé debe mantener las rodillas en posición de “M” y la cabeza a la altura adecuada para poder besarlo sin dificultad.
- Atender a las señales del bebé: Si muestra incomodidad o fatiga, es importante hacer pausas y ajustarlo según sus necesidades.
- Evitar el sobrecalentamiento: Especialmente en climas cálidos, se recomienda utilizar tejidos transpirables y vestir al bebé con ropa ligera.
El porteo también afecta la postura del bebé, lo cual es clave para su desarrollo. Para asegurarte de que el bebé esté en una buena posición durante la alimentación, puedes consultar este artículo sobre una buena postura en la alimentación del bebé.
Porteo y vínculo afectivo
Más allá de la practicidad, el porteo representa una forma de criar con amor y presencia. Para los padres primerizos, esta técnica ofrece una conexión especial con su bebé, fortaleciendo la seguridad emocional del pequeño y facilitando la adaptación a la nueva vida fuera del útero.
Cada bebé es único y su desarrollo puede variar, por lo que siempre es recomendable consultar con un especialista en porteo o con un pediatra antes de iniciar esta práctica. Pero, sin duda, el porteo es un bonito regalo tanto para el bebé como para sus padres, brindando cercanía, tranquilidad y un sinfín de momentos inolvidables.
¿Te animas?
